No comprendo cómo se puede pasar ante un árbol sin
sentirse feliz con sólo verlo; hablar con un hombre y
no ser feliz amándolo. ¡Cuántas cosas bellas surgen a
cada paso! Mirad al niño contemplad la aurora divina,
observad los ojos que os miran y os aman.
(F. Dostoiewsky. El idiota)